Inversión inmobiliaria en Colombia: ¿vivienda nueva o usada?
Adquirir una propiedad es una de las decisiones financieras más importantes que una persona puede tomar. En Colombia, el mercado ofrece dos grandes caminos para los compradores e inversionistas: optar por una vivienda nueva o elegir una vivienda usada. Ambas opciones tienen ventajas, desafíos y contextos ideales según las necesidades de cada comprador.
A continuación, analizamos los aspectos clave que debes considerar para elegir la mejor alternativa de inversión inmobiliaria.
Vivienda nueva: beneficios y consideraciones
Ventajas:
- Mayor valorización inicial: los proyectos nuevos suelen tener un incremento en el valor desde el momento de la compra sobre planos hasta la entrega final.
- Menores costos de mantenimiento: al tratarse de propiedades recién construidas, los gastos por reparaciones o mejoras suelen ser bajos durante los primeros años.
- Diseño moderno y zonas comunes: muchos proyectos nuevos ofrecen espacios más eficientes, sistemas inteligentes y áreas sociales atractivas.
- Facilidad de financiación: los constructores y entidades financieras suelen ofrecer planes de pago flexibles y opciones atractivas para compradores.
Consideraciones:
- Tiempos de entrega: si compras sobre planos, podrías esperar entre 12 y 24 meses para habitar o arrendar la propiedad.
- Ubicación periférica: muchos proyectos nuevos están en zonas de expansión urbana, lo que puede implicar más desplazamientos.
- Costo por metro cuadrado más alto: aunque varía por ciudad, suele ser más costoso que una vivienda usada en la misma zona.
- Cambios en subsidios de vivienda: programas como los subsidios VIS y VIP han tenido variaciones recientes, por lo que es importante consultar su disponibilidad al momento de comprar.
Vivienda usada: ventajas prácticas y valor inmediato
Ventajas:
- Disponibilidad inmediata: una de las grandes ventajas de comprar vivienda usada es que puedes habitarla o arrendarla casi de inmediato.
- Ubicación estratégica: muchas viviendas usadas están en zonas tradicionales de alta demanda y cercanas a servicios clave.
- Mayor área construida: en muchos casos, las viviendas usadas ofrecen más metros cuadrados por un precio similar al de una nueva.
- Negociación del precio: hay mayor flexibilidad para ajustar el valor con base en el estado del inmueble o en condiciones del mercado.
Consideraciones:
- Mayor inversión en adecuaciones: podrías necesitar hacer reparaciones, remodelaciones o actualizaciones de instalaciones.
- Trámites legales más complejos: es importante validar el estado jurídico del inmueble (libertad, tradición, hipotecas, etc.).
- Menor acceso a subsidios: la mayoría de los incentivos estatales están orientados a vivienda nueva, aunque su disponibilidad puede variar según el gobierno de turno.
¿Cuál opción es mejor para ti?
La respuesta depende de tus objetivos:
- ¿Buscas habitar la propiedad en poco tiempo? La vivienda usada podría ser ideal.
- ¿Quieres aprovechar valorización y beneficios de financiación en obra nueva? La vivienda nueva puede ser la mejor opción.
- ¿Tu enfoque es la renta o la inversión a largo plazo? Ambas pueden ser rentables, pero con estrategias distintas.
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